Al consultorio llegó
una mujer con un niño cargando
y el niño molesto y llorando
por dolor intenso, gritó:
quítame este dolor, 
no lo aguanto, ¡pronto, pronto!
al punto acudí, 
y a la mujer pedí
que lo colocara, y lo monto 
sobre el mostrador, 
el otoscopio coloqué
y el tímpano miré
abonbado y con rubor
al tiempo que el niño gritaba 
lleno de angustia y dolor, 
rápidamente de la vitrina 
tomé unas gotas de benzocína, 
y en un segundo ya las aplicaba
en el conducto adolorido.
El niño estaba descolorido
y tenso de dolor, 
mas en un  momento 
recobro la calma y el color, 
y dijo: ¡no duele, estoy bien!
En los ojos hundidos 
de la madre brillo una luz
al sentirlo ella también, 
y busco en su escarcerla, 
mas al vacia verla,
hizola señal de la cruz
y de sus ojos una lágrima rodó
que al caer en el escritorio, en perla
se convirtió.
Wednesday, September 2, 2009
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